Por Giang Nguyen, M.M.
XXXIII Domingo ordinario
Domingo 27 de octubre del 2024
Dn 12, 1-3 | Heb 10, 11-14. 18 | Mc 13, 24-32
La primera lectura del libro de Daniel me recuerda una de las experiencias de misión más impactantes que he tenido viviendo y trabajando en Kenia. Nuestro equipo de Hermanas Maryknoll se centra en construir puentes entre comunidades, individuos y familias destrozadas por conflictos violentos.
Hay madres que perdieron a sus hijos, niños que han perdido a sus padres y esposos que han sido separados por la muerte o la prisión. Se les prendió fuego a aldeas y se hurtaron o se destruyeron las pertenencias que las personas habían acumulado durante sus vidas. En un contexto así, la esperanza parece casi imposible.
Durante este caos, semejante a la lectura del libro de Daniel, hubo una historia notable de cómo una aldea se salvó por la intervención de un espíritu grandioso de protección. En medio de la inestabilidad, individuos valientes se alzaron para buscar justicia, derivando en conversaciones del lado opuesto que fomentaron el entendimiento, la compasión y finalmente el perdón. Hemos sido testigos del milagro de la reconciliación, iniciado por líderes de las aldeas de bandos opuestos.
En medio de la agitación de los eventos, la gente se aferró a sus creencias y a una fuerza interior para sacarlos del caos. Estas creencias y acciones promovieron una transformación interna del corazón, permitiendo así la reconciliación. San Pablo habla del perdón, una transformación interna que puede liderar a individuos y comunidades más allá de rituales externos para reconstruir los lazos en relaciones rotas. Jesús modeló esta forma de compasión y perdón hasta su muerte en la cruz.
Jesús nos asegura que la gloria de Dios resplandecerá a través de las adversidades. Los eventos en Kenia después de un conflicto devastador ilustran esta realidad: Cuando la gente de fe se une para buscar un camino hacia el futuro y reconstruir el tejido de la sociedad, crean oportunidades para verse a sí mismos reflejados en el otro y así poder sentir compasión y perdón, incluso cuando se trata de los pecados más graves.
La primera lectura enfatiza que la sabiduría es clave durante el conflicto para liderar a la gente hacia la justicia de Dios. San Pablo nos da aliento con el recordatorio de que ya poseemos el regalo salvador del sacrificio de Cristo, que nos fortalece cuando buscamos imitar su forma de perdonar. En el Evangelio, Jesús fortalece nuestra esperanza y nos anima a buscar una fe más profunda con la garantía de que la Luz de Dios se revelará en momentos de desesperación. Dios reunirá a sus electos, la creación de Dios, en su abrazo salvador.
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La Hermana Maryknoll Giang Nguyen, nacida en Vietnam, emigró con su familia a Estados Unidos cuando tenía 8 años. Se unió a las Hermanas Maryknoll en 1996. Sirvió en Taiwán ministrando a personas VIH-positivas y otros grupos vulnerables. Desde el 2006 sirve en Kenia con el Equipo de la Paz en África de las Hermanas Maryknoll, establecido en Kenia.
Imagen destacada: Las Hermanas Maryknoll Giang Nguyen, Sia Temu y Teresa Hougnon, miembros del Equipo de Paz para África, con sede en Kenia, comenzaron a trabajar juntas en 2006. Desde entonces, la Hermana Hougnon ha sido elegida para integrar el Equipo de Liderazgo de la Congregación de las Hermanas Maryknoll. (Sean Sprague/Kenia)