El sol estaba ocultándose al final de un caluroso y polvoriento día en la Amazonía brasileña, donde sirvo como Hermano Maryknoll. Aún me encontraba lejos de casa y estaba exhausto después de un día dedicado a tareas poco inspiradoras. Mientras estacionaba en la gasolinera, vi a un hombre joven y mal vestido al lado de la bomba de gasolina. Confieso que mis pensamientos no fueron muy caritativos: “Lo que me faltaba, Santo Dios, ¡tener que lidiar con un mendigo!” Cuando mi carro se detuvo, él me sorprendió con un alegre saludo, “¿Le lleno el tanque?” Salí del carro, mientras él bombeaba la gasolina.
Finalmente lo pude observar bien y me di cuenta de que tenía una cabeza grande y deforme. A la vez me di cuenta de que sus modales eran cordiales y me sorprendió lo fácil que era charlar con él. Parecía tan afable que me animé a preguntarle sobre su aspecto físico. “¿Le duele mucho la cabeza?”
Su respuesta fue gentil y pronunciada sin ninguna autocompasión. “Todo el tiempo”. El joven me contó que los huesos de su cráneo crecían constantemente. Él había sido atendido en los mejores hospitales de Brasil, pero no había tratamiento disponible. Su condición tarde o temprano le costaría la vida. En ningún momento de nuestra conversación él expresó ningún resentimiento sobre su condición. Al partir, nos despedimos amigablemente.
Mientras conducía de vuelta a casa, me di cuenta de que el verdadero mendigo, el verdadero necesitado, había sido yo, inundado por mi propia autocompasión. El hombre en la gasolinera, en cambio, era una persona excepcional con un testimonio maravilloso. Él manifestó la calidad de vida que viene cuando permitimos que nos envuelva el espíritu de la gratitud.
Mark Gruenke, M.M.
Soy enfermera con los Misioneros Laicos Maryknoll en Tanzania, donde el acceso a la atención médica es casi imposible para las familias. Un día visité a una pareja para examinar a su hija de 6 meses. La habían atendido en el hospital, pero la información que la pareja recibió estaba en inglés y no entendían su diagnóstico. Mientras desarropaba a la bebé, noté las cicatrices en sus brazos que veo en tantos niños con discapacidad.
Supe entonces que la niña había sido examinada por un curandero antes de ir al hospital. La educación es crítica para estas familias, pero sin ayuda es deficiente. La pareja ahora entiende el diagnóstico de su bebé de parálisis cerebral. Han sido entrenados en métodos de terapia física básica para ayudarla a que sus músculos se relajen y en cómo darle medicina para controlar sus convulsiones. Ahora saben qué hacer para que alcance su máximo potencial mientras crece.
Un grupo de nuestra comunidad Maryknoll y yo visitamos la Parroquia Santísima Trinidad en la región de la Amazonía en Bolivia —donde actualmente sirvo como misionero— para celebrar la Semana Santa con la comunidad indígena Mojeño que allí habita. La comunidad no tenía la presencia de un sacerdote desde hace años hasta que los misioneros Maryknoll llegaron a acompañar.
Fue una experiencia increíble para aprender acerca de las alegrías y luchas de este pueblo y sus tradiciones al celebrar la Pascua.
Durante la vigilia de Pascua, un niño de 7 años cantó la palabra “Aleluya” con todas sus fuerzas. Sin embargo, tenía dificultad para pronunciar la letra L en la palabra y terminó cantando “Ayeyuya”. La pronunciación no importaba. Lo que importaba es el regocijo de cantar que Jesús ha resucitado y que está presente en la comunidad de este niño indígena.
Una mamá alza a su bebé en Tanzania, donde misioneros Maryknoll sirven. (Sean Sprague/Tanzania)
Niños asisten a una Misa en la Parroquia Santísima Trinidad en la región de la Amazonía en la selva de Bolivia. (Adam Mitchell/Bolivia)
Imagen destacada: Edimilson Ferreira Nascimento, de 37 años, líder de la Asociación Dios y Vida, una organización de pequeños agricultores, habla en una reunión cerca de Anapu, en el estado de Pará, en el norte de Brasil. La zona ha sido escenario de violentos conflictos entre agricultores, que cuentan con el apoyo de activistas de la iglesia local, y ganaderos y madereros. (CNS/Paul Jeffrey)