Misiones en Latinoamérica: Aprender sinodalidad de los teólogos de la vida

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Por: Padre Alejandro Marina
Fecha de Publicación: Jun 2, 2025

En nuestro camino como misioneros, continuamos asumiendo desafíos. Una vez más, el Espíritu Santo nos inspiró, impulsándonos a adoptar la forma sinodal. Los Padres Maryknoll Michael Bassano, Gregory McPhee y yo hemos asumido la responsabilidad del ministerio pastoral en la parroquia Santísima Trinidad en el TIPNIS (Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure), en la Amazonía boliviana.

Desde que empezamos a servir allí hace años, al inicio como un compromiso temporal, vimos que también era una muy buena experiencia para los seminaristas en su Programa de Entrenamiento en el Extranjero (OTP por sus siglas en inglés), los candidatos en el programa de discernimiento con Maryknoll, los misioneros laicos y otros jóvenes.

Asumir este ministerio pastoral como equipo en la parroquia Santísima Trinidad implica aprender a discutir las diferentes situaciones, planificar y replantear cómo tomar decisiones. Incluso, si nuevos miembros quieren sumarse, cómo hacerles sentir que son protagonistas y no continuadores de lo que otros vienen haciendo.

“La vida es un camino comunitario donde las tareas y las responsabilidades se dividen y se comparten en función del bien común”, expresó el Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Querida Amazonia. “No hay lugar para la idea de individuo desligado de la comunidad o de su territorio”. (QA 20)

Tradicionalmente, la metodología misionera Maryknoll era enviar a los misioneros a las periferias más alejadas y necesitadas. Muchas veces los misioneros asumían parroquias o proyectos pastorales viviendo en lugares distantes. Habían encuentros periódicos, pero cada uno asumía sus responsabilidades en su lugar. Poco a poco fuimos construyendo una manera más colectiva de trabajar en la misión, pero es algo nuevo.

Este desafío nos trajo un regalo del Espíritu Santo. Al trabajar con la comunidad indígena Mojeño-Trinitario y otras, nos dimos cuenta de que era una oportunidad para aprender de ellos sobre la sinodalidad.

Las comunidades indígenas tienen una espiritualidad, mentalidad y organización colectiva. Integran la organización religiosa y social dentro de la mística y filosofía de su grupo étnico. En la parroquia Santísima Trinidad, hay dos estructuras de liderazgo: el Cabildo (núcleo del liderazgo social) y los Catequistas (representantes del liderazgo religioso).

Todos los temas se debaten y deciden en comunidad, al igual que la organización y preparación de las actividades religiosas. Si bien hay un corregidor (en lo social), y un catequista mayor (en lo religioso), las decisiones se hacen en grupo después de consultar con las bases. Por eso es hermoso ver que toda la comunidad siente como propio lo que se hace y se sienten protagonistas y no sólo espectadores o participantes.

Don Avelino, el catequista mayor, hace muchos años que lidera la comunidad junto con otros seis hombres de la comunidad y con las mujeres (llamadas beatas). Cada uno de los hombres tienen responsabilidades que se van alternando para cumplir por turnos: campanero, limpieza, preparación del altar y catequesis para sacramentos. Las mujeres son las encargadas de rezar por las necesidades de la comunidad y de ornamentar el altar, entre otras cosas.

“Para las fiestas importantes, acompañamos la liturgia con tradiciones de nuestro pueblo que representan los pasajes bíblicos relacionados con cada fiesta”, dice Don Avelino. Eso implica danzas, ritos, cantos en su lengua, comidas, y ofrenda de los productos que cosechan y producen.

Hemos ido aprendiendo a conocer su cultura y espiritualidad y a consultar con ellos cualquier idea o actividad que quisiéramos promover. Estos hombres y mujeres han mantenido la fe de la comunidad por décadas, especialmente en los años sin presencia de sacerdotes o vida religiosa en la zona. Hacen las celebraciones los domingos, acompañan la despedida de los difuntos, preparan para el bautismo o el matrimonio, y son un referente espiritual para quien necesita consejo. Quizá no sean teólogos de academia, pero son teólogos de la vida, porque interpretan todo desde su mirada de fe.

“Su palabra, sus esperanzas, sus temores deberían ser la voz más potente en cualquier mesa de diálogo sobre la Amazonia, y la gran pregunta es: ¿Cómo imaginan ellos mismos su buen vivir para ellos y sus descendientes?”, recalcó el Papa Francisco (QA 26).

Imagen destacada: Niños de la comunidad indígena del TIPNIS en la Amazonía boliviana, cantan jovialmente en
una Misa celebrada en la parroquia Santísima Trinidad, donde los misioneros Maryknoll sirven. (Adam Mitchell/Bolivia)

Sobre la autora/or

Padre Alejandro Marina

Nacido en Buenos Aires, Argentina, el Padre Maryknoll Alejandro Marina fue ordenado sacerdote en 1993 en la Diócesis de San Isidro. Fue director de misiones en su diócesis y, como parte de dicho trabajo, fue enviado como misionero a Holguín, Cuba, por cuatro años. Es Licenciado en Teología Dogmática y se ha especializado en el área de la Misionología. Actualmente es el director del centro y residencia Maryknoll en Cochabamba, Bolivia, y coordinador del Programa de entrenamiento en el extranjero (OTP) para candidatos a hermanos y padres Maryknoll.

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