Por Gina Christian, OSV News
(OSV News) — Las mortales inundaciones del 4 de julio en el oeste de Texas han cobrado hasta ahora al menos 107 vidas, entre ellas las de 27 niñas y consejeros de un campamento de verano cristiano. Y han resultado en al menos 160 personas que siguen desaparecidas.
Tras su visita pastoral al condado de Kerr, Texas, devastado por las inundaciones durante el fin de semana del feriado del 4 de julio–que incluyó la celebración de una Misa en la iglesia católica Notre Dame de Kerrville–, el arzobispo de San Antonio, Mons. Gustavo García-Siller, habló con OSV News sobre la fe, el sufrimiento y la compasión en medio de la tragedia.
Esta entrevista ha sido editada para mayor extensión y claridad.
OSV News: Después de haber celebrado la Misa con y por las víctimas de las inundaciones, y mientras continúan los esfuerzos de búsqueda y recuperación, ¿qué está tratando de llevar a su rebaño en este trágico momento?
Arzobispo García-Siller: Como pastor, el elemento principal que aporto — y es muy importante — es el acompañamiento.
Estuve con ellos el viernes (4 de julio), donde tuvo lugar la reunificación de las familias. A muchos de ellos no los conocía; conocía a algunas personas allí –padres, abuelos–, pero el mero hecho de estar con ellos (todos) en ese momento, supone una conexión.
Además, cuando acompañamos a personas que sufren o en situaciones trágicas como ésta, nosotros mismos también pasamos por algún tipo de proceso.
Así que lo viví, y eso me ayudó de alguna manera a… no a entender, porque es difícil entender estas cosas, (pero) al menos a estar abierto y preparado para el encuentro que tuve en la parroquia de Notre Dame en Kerrville. Pude visitar a familias (que) han perdido a seres queridos (debido a las inundaciones). Una señora me dijo: “Mi hermana y su familia están desaparecidos, y tienen algunos hijos. El más pequeño tiene 2 años”.
(Algunos) tienen miedo, porque son inmigrantes, así que ya puedes imaginarte (sus emociones).
Temor a detención por autoridades migratorias
OSV News: Así que, además del miedo a las inundaciones, ¿algunos también tenían miedo a ser detenidos y a la deportación?
Arzobispo García-Siller: Exactamente. Es horrible. Pero esa es su experiencia.
OSV News: Además del miedo, ¿qué otras emociones se pusieron de manifiesto?
Arzobispo García-Siller: Cuando pudieron reunirse con su hijo o con su ser querido, no sabían ni cómo expresar la alegría, porque están un poco paralizados por la espera, y la incertidumbre. Por eso es importante el acompañamiento; por eso es importante estar ahí (para ellos), porque cada familia… cada persona que está esperando, o encontrando más información (sobre sus seres queridos), o reuniéndose con los sobrevivientes, es diferente.
Después de la Misa (que tuvo lugar el domingo 6 de julio en la iglesia de Notre Dame), hablé con algunas familias. Había mucha gente en la iglesia, y eran muy atentos. Pero se notaba la pesadez en sus corazones. Sin embargo, si estaban allí era porque tenían esperanza. Era un sentimiento de comunidad, de quienes sienten que no están solos. Se tienen los unos a los otros.
Recorrer este tipo de situaciones en soledad se siente como si la vida no tuviera un destino final, como si el camino no llevara a ningún lugar. Pero caminar acompañado es diferente (cambia completamente la experiencia).
OSV News: Como pastor, una de las cosas más difíciles para usted debe ser explicar por qué Dios permite tal destrucción y muerte a manos de la naturaleza que él creó –y especialmente cuando entre las víctimas hay niños y personas de fe. ¿Se ha enfrentado a esa pregunta en este caso y, en caso afirmativo, cómo ha respondido?
Arzobispo García-Siller: Por supuesto que he sido confrontado (con la pregunta), y muchas veces: “¿Dónde está Dios en todo esto?”. Creo que es un clamor comprensible… y el Señor escucha el clamor de la gente. Si nosotros, en nuestra limitación, podemos oír el clamor del pueblo, (con certeza) Dios está dispuesto a oír el clamor de su pueblo.
Dios escucha el clamor de su pueblo. Y no debemos tener miedo de hacerlo. Debemos incluso ayudar a la gente a expresar su clamor a Dios. Dios puede ocuparse de ello.
Nosotros, que no estamos en ese momento experimentando directamente los efectos de la crisis, estamos (todavía) todos tocados por ella, pero de diferentes maneras. Somos capaces de saber que la gente necesita expresar esas cosas.
Sabemos que eso es lo que dice la gente: “Esto es demasiado. … No puedo soportarlo. No lo entiendo. No sólo una parte de mi corazón está rota o experimentando dolor… me duele todo el corazón”. Eso es lo que vi el viernes.
Respeto a este momento de dolor
OSV News: ¿Cómo, en medio de este momento de Viernes Santo provocado por las inundaciones, nos aferramos a la esperanza de la Resurrección?
Arzobispo García-Siller: De la manera que sucedió en la misma crucifixión del Señor Jesús. En aquel momento, ¿crees que los Apóstoles, la Virgen y los que conocían a Jesús de una u otra manera pensaban en la Resurrección? Estaban contemplando (la crucifixión). Hay que dejar el momento como está.
Es como rezar. Recuerdo haber ido a confesarme hace muchos años, y un sacerdote me decía: “Quieres rezar de la manera que no puedes. (En vez de eso), reza de la manera que puedas”.
Y así la gente pasa, como tú dices, por esta crucifixión –esta pasión, este momento de dolor, sufrimiento, pena, herida. Respeta el momento. Respeta a la gente. Lo que necesitan es asimilar bien lo que están viviendo.
Ayer (6 de julio) mencioné a algunas personas: “Saben, la historia de estas personas en esta situación es sagrada, y no estamos llamados a empujarlas a un lugar en el que no pueden estar o en el que deseamos que estén”.
Y también, que la historia ratifique lo que ha sucedido. … porque borrar la vida de las personas, ahora que están pasando por un sufrimiento … es un asunto grave. Porque la vida de las personas importa, y la muerte de las personas importa, y el recorrido importa.
Es un momento de mucha humildad. Otra cosa que experimenté el viernes pasado fue la vulnerabilidad. Lo vi en la gente; estaban en silencio, muy ordenados, preparándose para dar información y también esperando pacientemente a recibir información, lo cual es notable en sí mismo.
Pero luego, al saber que no expresaban sus sentimientos, me dije: “Es porque ellos son vulnerables; nosotros somos vulnerables”.
Yo también experimenté mi propia vulnerabilidad. No traería mi teología, mis Escrituras, mi comprensión de la vida y la muerte y la resurrección (en medio de un dolor tan crudo). Así que me sentí vulnerable, porque entonces, ¿qué se hace?
Es un ministerio de presencia: tocar a la persona, mirarla a los ojos. Cuando les miré a los ojos, había tristeza, una tristeza profunda, no una tristeza pasajera, una tristeza muy profunda. Y además de la tristeza, había incertidumbre, miedo a recibir noticias horribles, esa sensación intermedia de saber que tu hija (desaparecida) o tu amigo estaban (ahí fuera), pero no conocer la siguiente información. Era un momento crucial, muy difícil.
Incluso si esa persona en este momento tiene sentimientos contra el Señor – Dios puede manejar todo y cualquier cosa. En cuanto a nosotros, tenemos que acompañarles en ese momento, no arreglarlo.
OSV News: Tendemos a querer arreglar las cosas y también a olvidarlas.
Arzobispo García-Siller: Así es, y por eso no debemos olvidar esta historia. Recordarla, aunque sea muy duro. Esto forma parte de tu vida: un ser querido sobrevivió o murió. A veces queremos tener algún tipo de respuesta para resolver (la incertidumbre), porque no podemos manejarlo. Se humilde, y sufre con la otra persona.
Oración y compasión son la respuesta ante el duro camino
OSV News: Ese es literalmente el significado de la palabra “compasión”, que fue la intención de oración del Papa León XIV para el mes de junio.
Arzobispo García-Siller: Sí. Por supuesto, lo primero es la oración. En esa oración, nos preguntamos: “¿Cómo puedo ser compasivo con la gente que me rodea en este momento? ¿Cómo puedo aumentar la compasión y ser paciente con la gente con la que estoy (ahora)?”.
Será un largo camino. Caminé con la gente de Uvalde (la ciudad de Texas que en mayo de 2022 vivió un tiroteo masivo en una escuela en el que murieron 19 niños y dos adultos). Después de tres años, y aunque han ocurrido algunas cosas buenas, aún queda camino por recorrer. Así que esta situación (las inundaciones) tardará mucho, mucho tiempo (en curarse). La gente no se recupera de esto rápidamente.
Todos tenemos que hacer algo. Dondequiera que estemos en el mundo, la humanidad mejorará, se elevará (si rezamos y ejercemos la compasión), y será más fácil ver los signos de la Resurrección.
Imagen destacada: Jóvenes mujeres lloran mientras asisten a un servicio religioso en memoria de las víctimas de las inundaciones en Kerrville, Texas, el 9 de julio de 2025. Según las autoridades, a fecha de 10 de julio, más de 170 personas seguían desaparecidas y al menos 121 habían fallecido. (OSV News/Umit Bektas, Reuters)