Por David Agren, OSV News
(OSV News) Estados Unidos ha anunciado un plan para detener la migración irregular a través del Tapón del Darién, un traicionero tramo de espesa selva que separa Colombia de Panamá, pero los católicos que trabajan en temas de inmigración dicen que es poco probable que el plan contenga los grandes flujos de personas que se dirigen hacia el norte.
El plan de Estados Unidos, Colombia y Panamá propone “Acabar con el movimiento ilícito de personas y mercancías a través del Darién, tanto por corredores terrestres como marítimos, que conduce a la muerte y a la explotación de personas vulnerables por ganancias significativas”, según una declaración de los tres países del 11 de abril.
Otros objetivos incluyen la apertura de “nuevas vías legales y flexibles” para migrantes y refugiados como alternativa, junto con el desarrollo de un plan para reducir la pobreza en el norte de Colombia y el sur de Panamá.
“Cada año, decenas de miles de migrantes intentan cruzar la frontera entre Panamá y Colombia, poniendo sus vidas en manos de traficantes, y muchos perecen al intentar atravesar el traicionero terreno”, dice la declaración.
El programa de 60 días se anunció mientras Estados Unidos se prepara para la reinstauración el 11 de mayo de una medida de la época de la pandemia conocida como Título 42, que permite la expulsión inmediata de los migrantes y solicitantes de asilo que llegan a la frontera estadounidense. El Título 42 es una medida de salud pública que se aplica para restringir la entrada en la frontera por motivos relacionados con el COVID-19.
No hay carreteras que atraviesen la selva del Darién, un rico ecosistema que ha actuado durante mucho tiempo como amortiguador entre Centroamérica y Sudamérica. La región, de hecho, es conocida como “un tapón” que divide Centroamérica y Sudamérica por lo difícil que es la ruta. Pocos emigrantes se arriesgaban a recorrer el traicionero camino a través de una selva plagada de bandidos.
Pero esto ha cambiado en los últimos años, cuando personas desesperadas por alcanzar una vida mejor empezaron a confiar todos sus ahorros a traficantes para que les hicieran pasar por el Tapón. Según los medios de comunicación, un grupo de contrabandistas conocido como el Clan del Golfo se aprovecha de los emigrantes que entran por el Tapón del Darién, ofreciéndoles un paso seguro a cambio de una gran suma de dinero.
Con la ayuda de los traficantes, el número de personas que atraviesan la brecha se ha disparado. Unas 38,099 personas, 1,229 al día, cruzaron el Darién en marzo, según las estadísticas de inmigración panameñas cotejadas por la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, un grupo de expertos en derechos humanos. Esto supuso un aumento del 55% respecto al mes anterior. Según el gobierno panameño, más de 87,000 inmigrantes cruzaron el Tapón del Darién en los tres primeros meses del año.
Los venezolanos constituyeron la mayoría de los migrantes que cruzaron a Panamá, pero más de 1,000 personas procedentes tanto de China como de India atravesaron la región del Darién.
Dos grupos de la ONU dijeron el 13 de abril que hasta 400,000 migrantes podrían cruzar la peligrosa región este año, un aumento colosal respecto a los 250,000 que la cruzaron en 2022.
“Las historias que hemos escuchado de quienes han cruzado El Tapón del Darién atestiguan los horrores de este viaje”, advierte Giuseppe Loprete, jefe de misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en Panamá, en el sitio web de la organización. “Muchos han perdido la vida o han desaparecido, mientras que otros salen de allí con grandes problemas de salud, tanto físicos como mentales, a los que nosotros y nuestros socios estamos respondiendo”.
Si bien el nuevo acuerdo puede considerarse una buena idea desde el punto de vista político para resolver el problema de la brecha, los trabajadores católicos advierten de que puede no aportar soluciones que salven las vidas de los migrantes de todos los rincones del mundo que corren un riesgo mortal con la esperanza de llegar a Estados Unidos.
“Para los migrantes que inician sus viajes en continentes lejanos, la ruta por la Brecha del Darién, aunque es costosa, es mucho menos costosa que entrar por otra vía”, dijo a OSV News Elías Cornejo, coordinador de servicios a migrantes del ministerio jesuita Fe y Alegría en Panamá.
Cornejo describió el acuerdo como un intento de convertir la Brecha del Darién en un “cuello de botella” que mantendría a los migrantes contenidos lejos de la frontera con Estados Unidos. “Es una cuestión de voluntad política” en Panamá y Colombia, dijo.
“Lo que quiere (Estados Unidos) es que no lleguen a Estados Unidos”, dijo a OSV News el padre jesuita José Luis González, coordinador de la Red Jesuita de Migrantes en Centroamérica y Norteamérica.
El Padre González enfatizó que una mejor solución sería hacer el paso menos cruel. “El Darién no se puede cerrar ya”, agregó.
El nuevo plan de Estados Unidos incluye inversiones para reducir la pobreza y crear empleos en las comunidades fronterizas de Colombia y Panamá, presumiblemente para que menos personas intenten traficar migrantes. No se han dado a conocer detalles sobre las posibles nuevas rutas para los migrantes ni sobre la posibilidad de mejorar las condiciones del pasaje, a menudo mortal.
Imagen destacada: Un grupo de migrantes cubanos inicia la caminata de siete días hacia Panamá a través de la selva del Tapón del Darién en Capurganá, Colombia, 7 de agosto de 2021. (OSV News/CNS file, Manuel Rueda)