Por Cindy Wooden, Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – Los participantes del Sínodo que han conocido la guerra y el conflicto de primera mano dirigieron la asamblea del Sínodo de los Obispos el 12 de octubre en una oración por la paz entre Israel y Palestina, en todo el Medio Oriente y en todo el mundo.
La hermana iraquí Caroline Saheed Jarjis, miembro de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, leyó en árabe el pasaje del Evangelio de Lucas del día, que incluía la frase: “Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá la puerta”.
Margaret Karram, una palestina nacida en Israel y presidenta del Movimiento de los Focolares, leyó oraciones de petición por “Tierra Santa; por el pueblo de Israel y de Palestina, que está bajo las garras de una violencia inaudita; por las víctimas, especialmente los niños; por los heridos; por los rehenes; por los desaparecidos y sus familias”.
“En estas horas de angustia”, dijo, los miembros del sínodo se unen al Papa Francisco en la oración por la paz en todas las naciones de Medio Oriente y en todos los países en guerra.
El cardenal Louis Sako, Patriarca de la Iglesia Católica Caldea en Irak, presidió el servicio de oración y pidió a Dios que actúe para que “toda la humanidad, que tiene en ti un mismo origen, forme una sola familia sin violencia, sin guerras absurdas”.
Tras la sesión matinal, Karram y la hermana Jarjis se reunieron con los periodistas en la sesión informativa diaria del sínodo. A ellos se unió el arzobispo de Bamenda, Andrew Nkea Fuanya, presidente de la Conferencia Episcopal de Camerún, una nación que sufre violencia desde 2016 entre las fuerzas gubernamentales y los militantes que exigen la independencia de las regiones anglófonas del país.
Karram, invitada especial al sínodo, dijo a los periodistas: “Mi corazón se ha desgarrado con un profundo dolor” desde el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre y la respuesta masiva de Israel contra el pueblo de Gaza.
“Creo que podemos dar muchos pasos por la paz, pero también creo en el poder de la oración”, dijo, y la experiencia del sínodo no es ajena a sus esperanzas y oraciones por la paz.
“La experiencia de estos días me está enseñando lo que significa caminar juntos”, dijo Karram. “No es fácil escuchar al otro y comprender, dialogar, dejarse interpelar por los demás”, pero eso es lo que el sínodo está enseñando a los participantes.
La esperanza, dijo, es que “seamos capaces de hacer de esto un estilo de vida, no sólo una metodología, un estilo de vida de la Iglesia”, y que pueda ofrecerse a diferentes comunidades de personas que quieran resolver incluso diferencias sociales o políticas con respeto mutuo y aceptación de la diversidad.
El arzobispo Fuanya dijo a los periodistas: “Este sínodo es un gran consuelo para África, porque con los problemas que tenemos en África, a veces nos sentimos aislados y abandonados. Pero al venir al sínodo, nos unimos al resto de la Iglesia universal para sentarnos y rezar juntos por los problemas que hay en África, y especialmente por los países afectados por la guerra”.
“Hemos aprendido de lo que está sucediendo en los otros continentes, las guerras que acaban de estallar en Ucrania, Palestina e Israel, y otros lugares, que todos tenemos que estar a favor de la paz”, dijo. “La guerra nunca puede ser la solución. Todos tenemos que estar a favor de la paz y unirnos como una iglesia, los hijos de Dios unidos, rezando por la paz”.
Imagen destacada: Palestinos inspeccionan una mesquita destruida por un ataque de Israel en Jan Yunis, al sur de la Franja de Gaza, el 8 de octubre, 2023. (OSV News photo/Ibraheem Abu Mustafa, Reuters)