Por Cindy Wooden, OSV News
CIUDAD DEL VATICANO — Aunque es fácil sentirse impotente ante la guerra, “la oración es la fuerza suave y santa para oponerse a la fuerza diabólica del odio, del terrorismo y de la guerra”, dijo el Papa Francisco.
Ante la persistencia de la violencia en Tierra Santa, Ucrania y Nagorno-Karabaj, el Papa repitió sus llamamientos a la paz y a la oración el 15 de octubre, tras rezar la oración del Ángelus con los visitantes en la Plaza de San Pedro.
“Sigo con mucho dolor lo que sucede en Israel y Palestina”, dijo a unas 22.000 personas en la plaza.
El Papa Francisco volvió a pedir a Hamás que libere a los más de 100 rehenes, incluidos niños, que dice tener retenidos desde su asalto a Israel el 7 de octubre.
“Pido encarecidamente que los niños, los enfermos, los ancianos, las mujeres y todos los civiles no se sean víctimas del conflicto”, dijo.
Y mientras Israel parecía estar preparando una invasión del norte de Gaza, ordenaba a cientos de miles de civiles desplazarse hacia el sur y endurecía su bloqueo de suministros a Gaza, el Papa Francisco insistió en “Que se respete el derecho humanitario, especialmente en Gaza, donde es urgente y necesario garantizar corredores humanitarios y socorrer a toda la población”.
“Hermanos y hermanas, ya han muerto tantos”, dijo. “¡Por favor, que no se derrame más sangre inocente, ni en Tierra Santa, ni en Ucrania, ni en ningún otro lugar! ¡Basta ya! Las guerras son siempre una derrota, ¡siempre!”.
Antes de rezar un Ave María por la paz, el Papa pidió a los católicos que se unieran a los cristianos de Tierra Santa y marcaran el 17 de octubre como día de oración y ayuno por la paz.
El Papa también expresó su preocupación por la actual crisis en Nagorno-Karabaj, un enclave de mayoría armenia capturado por las tropas de Azerbaiyán a finales de septiembre. Más de 100.000 armenios se vieron forzados a huir.
“Además de la situación humanitaria de los desplazados — que es grave — quisiera hacer un llamado especial a la protección de los monasterios y lugares de culto de la región”, dijo el Papa Francisco. “Espero que, empezando por las autoridades y de todos los habitantes, puedan ser respetados y protegidos como parte de la cultura local, expresiones de fe y signo de una fraternidad que hace posible convivir en la diferencia”.
En su discurso de la audiencia principal, el Papa Francisco se concentró en la lectura del Evangelio del día, la parábola de San Mateo sobre el banquete de bodas en el que los invitados pensaban que estaban demasiado ocupados para presentarse.
“Hermanos y hermanas, ¡cuántas veces no atendemos a la invitación de Dios porque estamos ocupados pensando en nuestras cosas!”, preguntó el papa.
“A menudo luchamos por tener tiempo libre, pero hoy Jesús nos invita a encontrar el tiempo que libera: aquel tiempo para dedicar a Dios, que nos alivia y sana el corazón, que aumenta en nosotros la paz, la confianza y la alegría, que nos salva del mal, de la soledad y de la pérdida de sentido”, aseguró.
Las oportunidades para estar con Dios y con las personas que ama son abundantes, dijo el Papa, señalando la Misa, la lectura personal de la Biblia, ayudar a los pobres, hacer compañía a una persona solitaria o consolar a alguien que sufre.
Imagen destacada: Visitantes ondean banderas ucranianas durante la oración del Ángelus del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro en el Vaticano en octubre 15, 2023, donde pidió un día de oración y ayuno por la paz en varios conflictos globales como el de Ucrania, Tierra Santa y Nagorno-Karabaj. (CNS photo/Vatican Media)