Dios misericordioso,
Tú que saliste al encuentro
de los discípulos de Emaús,
concédenos un espíritu misionero
para salir al encuentro
de nuestros hermanos y hermanas,
unirnos a su caminar cotidiano,
escuchar sus tristezas y alegrías,
encender sus corazones
con el fuego de tu Palabra,
prepararlos a reconocerte en la Eucaristía
y enviarlos como discípulos misioneros
a compartir la alegría del Evangelio
a generaciones presentes y futuras
de toda raza, lengua y cultura.
Te lo pedimos desde nuestros corazones ardientes
en el Espíritu Santo,
en nombre de tu Hijo amado
y por la intercesión de nuestra Madre
Estrella de la Nueva Evangelización.
Amén.
Foto principal: XX. (CNS/Texas)