n nuestro campamento de las Naciones Unidas para desplazados internos en Malakal, Sudán del Sur, tenemos una iglesia católica que está hecha de láminas de metal y se llama cariñosamente nuestra “Iglesia de caja de hojalata”. Un domingo en particular, un niño llamado Obech entró a la iglesia. Él tiene problemas para hablar y de aprendizaje que le impiden asistir a la escuela...