Dar a Luz a Jesús Hoy

Tiempo de lectura: 3 minutos
Por: Frank Breen, M.M.
Fecha de Publicación: Dic 1, 2021

Las condiciones Del nacimiento de Jesús son similares a los desafíos que enfrentan las madres solteras en países en desarrollo

En las lecturas navideñas, escuchamos que una mujer soltera queda embarazada de un hijo que será una luz en la tierra.

Se dice que el niño nació en un mundo de peligros, desigualdad, pobreza deshumanizadora y fuerzas represivas de un sistema imperial.

Me gustaría enfocarme en la mujer: una adolescente embarazada y soltera, en uno de los asentamientos más pobres de la historia de la humanidad. Normalmente, en tales condiciones, una mujer hubiera muerto durante el parto y su hijo probablemente hubiera muerto antes de los 5 años, y muy probablemente en el primer año de su nacimiento. Por alguna razón, Dios eligió ingresar a la raza humana en este contexto, que no es muy diferente a la realidad actual en algunos lugares del mundo.

Se estima que hoy en día hay 650 millones de mujeres en el mundo que se casaron antes de los 18 años y que 15 millones de niñas adolescentes han sufrido abusos sexuales. La tasa de mortalidad materna venía bajando desde 2000, pero se teme que la pandemia del COVID-19 haya revertido ese avance.

¿Se puede manifestar lo divino en tal circunstancia? Una adolescente que queda embarazada no solo sufre físicamente, sino que también podría ser blanco de rumores y comentarios despectivos. Y, a menudo, los hijos de madres solteras sufren el estigma en sus relaciones con otros niños.

Pero hay alentadores ejemplos de cómo el ser divino se manifiesta en lugares inesperados, como en un barrio pobre de Kenya, donde serví como misionero. En una ciudad cerca de Nairobi, un grupo de mujeres solteras, incluyendo madres, se reúne seguido para discutir su situación, encontrar formas de brindarse apoyo moral y espiritual mutuo y tomar medidas para criar a sus hijos para que sean de beneficio para sus familias, comunidades y país. Si bien estas mujeres no tienen mucho dinero, al menos no viven en un tugurio, por lo que pueden soñar con un futuro mejor. Ellas buscan consejos sobre cómo criar a sus hijos, mejorar sus situaciones y facilitar un cambio transformador en la sociedad.

Entonces, ¿pueden venir cosas buenas de madres solteras pobres en un país en desarrollo?

Muchas organizaciones buscan promover la condición de la mujer en la sociedad, como las Naciones Unidas, a través de ONU Mujeres; y la Iglesia Católica, a través de los departamentos diocesanos de asuntos de la mujer.

Estas organizaciones ayudan a las mujeres a través de la capacitación laboral, abogando por la asistencia sanitaria universal, la licencia de maternidad remunerada y horas de trabajo flexibles; ampliando los programas que apoyan el espíritu empresarial femenino y promoviendo una mayor presencia femenina en puestos gubernamentales.

Hoy recordamos que una mujer en un país pobre y recóndito dio a luz a nuestro Salvador. Así también las mujeres que viven en condiciones similares pueden contribuir con sus comunidades de maneras esenciales para hacer de nuestro mundo una verdadera familia humana, que vive en paz unos con otros.

Sobre la autora/or

Frank Breen, M.M.

El Padre Maryknoll Frank Breen, de Boston, Massachusetts, sirvió en Kenya durante casi 30 años. En la actualidad trabaja en la oficina de Asuntos Globales Maryknoll.

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