Por Cindy Wooden, Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — La única manera que tienen los padres de enseñar a sus hijos la belleza y la importancia del matrimonio y de aceptar a los niños como un regalo de Dios es a través de su ejemplo, dijo el Papa Francisco.
Los niños “están inmersos” en un entorno mediático y cultural que ensalza virtudes y prácticas que están “a menudo en contradicción con lo que se consideraba ‘normal’ hace apenas unas décadas, pero que ahora parece que ya no lo es”, dijo el Papa a los miembros de la Asociación los Padres Europeos.
“Los padres se ven obligados a mostrar cada día a sus hijos la bondad y la racionalidad de opciones y valores que ya no pueden darse por sentados, como el valor mismo del matrimonio y de la familia, o la opción de acoger a los hijos como un don de Dios”, dijo el Papa al grupo el 11 de noviembre.
En su discurso, el Papa Francisco reiteró el firme apoyo de la Iglesia al derecho de los padres “a criar y educar a sus hijos en libertad, sin que se les obligue en ningún ámbito, especialmente en el escolar, a tener que aceptar programas educativos reñidos con sus creencias y valores”.
Si bien la cultura y sus valores cambian, “pero las necesidades del corazón humano conservan un núcleo inmutable que tarde o temprano aflora también en los niños”, dijo el Papa, y ese es el lugar donde los padres deben comenzar a educar a sus hijos para que sean buenos cristianos y ciudadanos responsables.
“Dios mismo ha inscrito en nuestra naturaleza las exigencias irreprimibles del amor, de la verdad, de la belleza, de la relacionalidad y de la entrega, de la apertura al tú del otro y de la apertura al Tú trascendente”, afirmó. “Estas necesidades del corazón son poderosas aliadas de todo educador”.
Los padres deben ayudar a sus hijos a reconocer “la belleza de la vida en este mundo y a tener confianza y entusiasmo ante la perspectiva de embarcarse en la aventura de la vida, convencidos de que ellos también tienen una misión que llevar a cabo, una misión en la que encontrarán su realización y felicidad”, dijo el Papa Francisco.
Para inculcar eso en los niños, dijo, deben saber que Dios los ama.
“Cuando nos damos cuenta de que en la raíz de nuestro propio ser está el amor incondicional de Dios Padre, entonces vemos claramente que la vida es buena, que nacer es bueno y que amar es bueno”, dijo el Papa.
Firme en el conocimiento de que uno es amado por Dios y un don para la propia familia, la persona tiene la fuerza necesaria para evitar “una tendencia degradante a acaparar bienes materiales, en la preocupación constante por no correr riesgos de no implicarme demasiado, de no ensuciarme las manos”.
En cambio, dijo, aprenden a ver cómo “la vida florece en toda su riqueza y belleza” cuando se comparte con los demás.
Esta mirada cristiana, afirmó el Papa, es también la raíz de una sociedad sana porque forma a los jóvenes “en la relacionalidad, en el respeto al otro, en la cooperación con vistas a un objetivo común, formarlo en la responsabilidad, en el sentido del deber, en el valor del sacrificio por el bien común”.
Imagen destacada: El Papa Francisco saluda a una niña después de una reunión con miembros de la Asociación de Padres Europeos en el Palacio Apostólico del Vaticano el 11 de noviembre del 2023. (CNS/Vatican Media)
