Encontrar al Niño Jesús en los pobres y vulnerables

Tiempo de lectura: 3 minutos
Por: Daniel Kim, M.M.
Fecha de Publicación: Dic 4, 2023

Misionero Maryknoll en Hong Kong da testimonio del Espíritu y el poder de presencia por aquellos que sufren

Cada día de Navidad, durante la Misa, escuchamos el prólogo del Evangelio de San Juan proclamando la Palabra de Dios hecha carne, la encarnación de la Segunda Persona de la Trinidad que se hizo humano y caminó entre nosotros. Con un evento en la historia humana tan lleno de gracia y de divinidad, es apenas natural esperar una bienvenida extravagante para el Hijo de Dios en su nacimiento. Como bien sabemos, eso no fue lo que sucedió, ¡en absoluto! Ni siquiera en una posada pudo la Sagrada Familia prepararse para el nacimiento de Jesús. En vez, él nació humildemente en la oscuridad de un establo.

Este recibimiento humilde y discreto para la llegada de nuestro Señor y Salvador parece contradecir las festividades que generalmente se presentan durante la Navidad. Sin embargo, entre el regocijo y la exuberancia que se asocia con esta temporada, están aquellos que, como la Sagrada Familia, están luchando contra dificultades y tribulaciones en la oscuridad.

Un ejemplo evidente es el número en aumento de gente desplazada por el mundo a causa de la guerra, la pobreza y los desastres naturales. Incluso en una ciudad próspera y sofisticada como Hong Kong, donde actualmente sirvo como misionero, la indigencia se ha duplicado en los últimos 10 años. Quizás haya ejemplos más cercanos a casa, como el de un amigo, un vecino o un pariente sobrellevando una mala salud por sí mismo o alguien que está sufriendo en soledad por la muerte de un ser querido.

Me conmueve profundamente la voluntad y el esmero de los creyentes locales en Hong Kong en acatar las enseñanzas del Evangelio. Luchan para ver el rostro de Cristo, especialmente en aquellos que viven en los márgenes de la sociedad, no sólo durante Navidad, sino todo el año. Varios grupos pequeños de creyentes son ya una parte establecida de las comunidades de muchas parroquias aquí en la Diócesis de Hong Kong. Sus obras de misericordia incluyen recolección de comida, trabajo voluntario en albergues, visitas a las personas con enfermedades mentales y otros enfermos y mucho, mucho más.

Mi experiencia personal de misión, ya sea en casa o en el extranjero, se define sencillamente como dar testimonio de la presencia del Espíritu Santo en cada lugar, situación y persona. Especialmente con aquellos que se sienten solos, abandonados y marginados. A través de este testimonio, puedo percibir una sutil pero persistente solidaridad con la Sagrada Familia y sus sufrimientos en el primer día de Navidad.

Nada fue fácil para José y María desde el comienzo y, sin embargo, estar allí – en el momento en que el Hijo de Dios, el Salvador, vino a este mundo ante sus ojos – tuvo que ser una experiencia de gracia que trascendió cualquier dolor en ese momento.

Es con nuestro testimonio para aquellos que están pasando por un dolor similar al de la Sagrada Familia que podremos encontrar nosotros también la alegría y la transcendencia del Espíritu, listos para que se vea la presencia de Dios con nuestras buenas obras y solidaridad con los que sufren en la oscuridad.

Imagen destacada: El Padre Daniel Kim da la hostia a jóvenes feligreses que reciben la Primera Comunión en la Iglesia de Santa María en Hunghom, Kowloon, Hong Kong. (Nile Sprague/Hong Kong)

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del Padre Maryknoll Daniel Kim en:
https://maryknollsociety.org/podcast/daily-reflections/

Sobre la autora/or

Daniel Kim, M.M.

El Padre Daniel S. Kim nació y creció en el sur de California en un hogar católico coreano. Fue ordenado sacerdote Maryknoll en mayo del 2017.

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