JUNTOS EN MISIÓN: Regreso a la frontera

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Por: Andrea Moreno-Diaz
Fecha de Publicación: Jun 3, 2024

En julio de 2023, la doctora Guadalupe Jiménez se anotó para un viaje de inmersión en El Paso, Texas. Sin embargo, no era su primera vez en la frontera.

Hace 39 años su familia había cruzado esa misma frontera después de un peligroso viaje desde Puebla, México. El hambre, la pobreza y la inseguridad los había impulsado a buscar una vida mejor.

“Estaba en el vientre de mi madre”, dice Jiménez. “Ella tuvo que dormir a la intemperie en el desierto y pasar días sin beber agua, pero ella sabía que los riesgos eran más grandes en México”.

El viaje de inmersión era más que un compromiso personal. “Quería aprender qué sucede en la frontera”, dice. “La meta era tomar esa información y luego poder ayudar mejor a los migrantes”.

Como inmigrantes, la familia de Jiménez no dejó de tener desafíos en su nuevo hogar. Sin embargo, la generosidad de organizaciones católicas y gubernamentales atendieron a sus necesidades con comida, ropa y comunidad. Jiménez dice que nunca olvidó esa amabilidad, ni el sacrificio de sus padres.

“Sólo quiero devolver lo que me han dado. ‘Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo’ (Mateo 25, 40). Eso es algo que hace eco en mi cabeza”, dice Jiménez.

Los horrores de los ataques terroristas del 9/11 la encaminaron hacia el servicio después de terminar secundaria. Jiménez sirvió como auxiliar médico en tres despliegues con la Armada de Estados Unidos en Irak y Afganistán, tras lo cual decidió convertirse en doctora para continuar sanando.

Hoy, Jiménez tiene una maestría en Ciencias Médicas y un título médico de la Universidad de Indiana, y es médico residente en el sistema New York Presbyterian en los centros médicos de Columbia University Irving y Weill Cornell en la ciudad de Nueva York.

Su fe católica sigue guiando su vida y trabajo. “Cuando ayudo a los necesitados”, dice Jiménez, “intento ver el rostro de Jesucristo”.

El viaje de inmersión fue patrocinado por el Programa de Formación Misionera de los Padres y Hermanos Maryknoll y liderado por el Encuentro Project, una organización que presenta la realidad de la migración a los participantes.

Jiménez y otros participantes también visitaron albergues para migrantes. En un albergue, ella lideró la preparación de una cena para 60 personas.

En su tiempo libre Jiménez volvió al albergue en Sacred Heart Church para visitar y hablar con migrantes.

Allí, dice ella, conoció a otros doctores como Brian Elmore, un médico residente de emergencias. Elmore dirige Clínica Hope, un proyecto de Hope Border Institute que ofrece tratamiento médico básico en ambos lados de la frontera.

Elmore llevó a Jiménez a conocer a una de las víctimas del incendio de un centro migratorio en Ciudad Juárez en marzo del 2023, en el cual perecieron 40 migrantes. Algunas de las víctimas estaban en tal estado crítico que tuvieron que ser transportadas a El Paso para recibir tratamiento vital.

“La gente está haciendo hasta lo imposible para tener seguridad y una vida mejor”, dice Jiménez. “El acceso a la salud médica es algo que todos deberían tener”.

En noviembre, Jiménez volvió a la frontera a ser voluntaria en los albergues para migrantes que había visitado durante el viaje de inmersión.

Ella escuchó muchas historias. Habló con un hombre que había hecho todo el trayecto con una fractura en el pie. Supo que muchos migrantes no buscan atención médica por miedo a ser deportados. A algunos con enfermedades crónicas les quitaban su medicina en centros de detención.

Con todo este aprendizaje e inspirada por los voluntarios en la frontera, Jiménez, con el apoyo del centro médico Columbia University Irving, está creando un proyecto de telemedicina para migrantes. Con consultas para el mismo día, se atenderán necesidades físicas y mentales, se ofrecerá información sobre los derechos de los migrantes y los conectarán con doctores de cabecera.

“Mi familia y yo estuvimos en sus zapatos. Sé cuál podría ser el resultado si ayudamos a estas personas”, dice Jiménez. “Veo los rostros de mi familia en ellos. Son los hijos de Dios y es mi responsabilidad ayudarlos”.

Imagen destacada: Guadalupe Jiménez (primera fila, dcha.), Andrea Moreno-Díaz (izq.) y participantes de un viaje de inmersión a la frontera en 2023 se reúnen en Mujer Obrera, una organización en El Paso, Texas. (Cortesía de Guadalupe Jiménez/EE.UU)

Sobre la autora/or

Andrea Moreno-Diaz

Nació en Bogotá, Colombia. Tiene un título en Literaturas Hispánicas de City College of New York. Como editora asociada escribe, edita y traduce historias en español e inglés. Vive en Ossining, Nueva York.

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