Relatos Misioneros Verano 2024

Tiempo de lectura: 4 minutos
Por: Misioneros Maryknoll
Fecha de Publicación: Jun 3, 2024

Un refugio de la Casa Anunciación para solicitantes de asilo en la frontera entre Estados Unidos y México, donde sirvo como misionera laica Maryknoll, está en pleno funcionamiento y recibe de 15 a 60 huéspedes por día. La mayoría de los recién llegados son familias. Conocí a una madre soltera en particular con tres hijos de 1 a 7 años de edad. El menor era un pequeñín cuando llegaron; ahora intenta ponerse de pie y empujar sillas (como con un andador) por los pasillos.

Un día, el niño del medio quería jugar afuera del edificio, pero necesitaba un suéter. Sin ropa extra disponible, en lugar de un suéter, tomé una camiseta grande y la amarré alrededor de su cuello como si fuera una capa. Estaba emocionado y se imaginó a sí mismo como Batman. Junto con su hermana y un amigo, se convirtieron en superhéroes: Superman y la Mujer Maravilla.

Fue fantástico verlos divertirse con cosas sencillas, jugando a la fantasía como corresponde a los niños.

Coralis Salvador, MKLM

BINGO! El sonido de esa palabra hace sonreír a todos, junto con la emoción de ganar algo. Cuando serví en Taiwán, recibí solicitudes de personas que querían aprender inglés. Comencé un curso de inglés práctico para viajeros y parte de las lecciones era jugar bingo. No era un juego común con números, sino una versión diseñada para utilizar palabras y frases de la clase. Por lo general, el ganador recibía un pequeño premio o un caramelo. Además escribía citas breves o mensajes inspiradores en hojas de papel de colores. ¡A ellos les encantaba! Casi nadie elegía los demás premios.

Una estudiante, Lily, se estaba desanimando porque parecía que todos, menos ella, ganaban. Pude ver que tenía ilusión de ganar. Me incliné silenciosamente y le recordé que estuviera atenta al juego. Al hacerlo, eché un vistazo rápido a las palabras que aún quedaban en su tarjeta. Luego hice trampa discretamente y pronuncié las palabras que necesitaba. ¡Qué grito de alegría cuando ganó! Al final, el objetivo del juego era aprender inglés y mantener a los estudiantes interesados.

Katrina Eggert, M.M.

La vida es un regalo para compartir. En noviembre del 2021, nacieron mellizos en nuestro campamento de las Naciones Unidas para desplazados internos en Malakal, Sudán del Sur, donde serví por 10 años. Un día, después de nuestra celebración litúrgica, George Alphonso invitó a los miembros de nuestra iglesia a ir a su tienda de campaña para conocer a su esposa, Angelina, y a sus mellizos recién nacidos llamados Martin y Estella. Oramos juntos para que Dios bendiga y proteja a los bebés recién nacidos en nuestro campamento. Al concluir la oración, nos ofrecieron un vaso de jugo de mango.
Luego, George y Angelina nos agradecieron por haber venido a apoyarlos. Esperaban con ansias el bautismo de los mellizos en nuestra iglesia del campamento. El don de la vida de Dios florece y se celebra incluso en lugares difíciles, como nuestro campamento, donde vive la gente.

Michael Bassano, M.M.

Mi primera experiencia preparando a niños para la Comunión tuvo lugar en Bolivia cuando aún estaba aprendiendo español.
El día de la primera confesión me preocupaba si los niños me habían comprendido. ¿Habían aprendido lo suficiente? Me senté en la iglesia, orando nerviosamente. Dos o tres niños habían entrado y salido del confesionario que en aquella época era un lugar oscuro, parecido a una caja, donde el confesante hablaba a través de una pantalla semiopaca.
Uno de mis alumnos, el pequeño David, salió. Se quedó allí mirando a su alrededor hasta que me vio. Corrió y dijo emocionado: “¡Lo vi hacerlo!” “¿Qué viste, David?”, le pregunté. David levantó la mano e hizo la señal de la cruz. “¡Lo vi hacerlo!”, Repitió. “¡Él limpió todos mis pecados!”

Nunca he olvidado el fervor de aquel acto de fe. Puede que no haya explicado el sacramento perfectamente, pero el Espíritu Santo sí lo hizo.

Elizabeth Roach, M.M.

Caridad Yang, directora del Centro de Oportunidades Santa Teresa, Hsieh Jia, en el condado de Tainan, Taiwán. (Sean Sprague/Taiwán)
Caridad Yang, directora del Centro de Oportunidades Santa Teresa, Hsieh Jia, en el condado de Tainan, Taiwán. (Sean Sprague/Taiwán)
El Padre Maryknoll Mike Bassano sirvió en Hogar de Compasión en el pueblo de Kigera, cerca de Musoma, Tanzania. (Sean Sprague/Tanzania)
El Padre Maryknoll Mike Bassano sirvió en Hogar de Compasión en el pueblo de Kigera, cerca de Musoma, Tanzania. (Sean Sprague/Tanzania)
Adrián Colque, 5 años, asiste al programa de tutoría escolar en Santa Veracruz, Cochabamba, Bolivia, donde sirve el Padre Maryknoll Paul Sykora. (Nile Sprague/Bolivia)
Adrián Colque, 5 años, asiste al programa de tutoría escolar en Santa Veracruz, Cochabamba, Bolivia, donde sirve el Padre Maryknoll Paul Sykora. (Nile Sprague/Bolivia)

Imagen destacada: Un niño en Ciudad Juárez, México, observa mientras la policía saca a inmigrantes venezolanos de un campamento a orillas del Río Grande el 27 de noviembre de 2022. (CNS/Jose Luis Gonzalez, Reuters/México)

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