Por David Agren, OSV News
(OSV News) — El arzobispo José Luis Escobar Alas de San Salvador emitió un par de peticiones a los legisladores durante una Misa reciente celebrada con motivo de la festividad del Divino Salvador del Mundo, que se celebra en el país con motivo del día de la transfiguración. Ambas peticiones incursionaron en el ámbito político.
La primera solicitud fue la derogar una ley que revocaba la prohibición de la minería, una prohibición defendida por la Iglesia salvadoreña. La segunda solicitud fue que los legisladores revocaran una enmienda constitucional que eliminaba la reelección presidencial. “Para la legitimidad de una reforma constitucional el pueblo debe ser consultado”, dijo el arzobispo Escobar en su homilía del 6 de agosto.
Los comentarios del arzobispo marcaron la creciente franqueza de la Iglesia Católica salvadoreña en medio de la preocupación por la erosión democrática, la degradación ambiental y las amenazas a las libertades personales en el país centroamericano.
Esto también ocurre después de que el presidente Nayib Bukele impulsara una reforma que permitiría la reelección indefinida y adelantara la fecha de las próximas elecciones a 2027. La Asamblea Legislativa de El Salvador, donde el partido Nuevas Ideas del presidente ostenta casi la totalidad de los 60 escaños, aprobó las medidas con mínima discusión.
“Muchos no nos sentimos libres”, dijo el cardenal Gregorio Rosa Chávez durante una homilía el 4 de agosto.
“El mundo que queremos está siendo ahora negado. Es un mundo en el que queremos vivir la democracia, que supone diálogo, respeto a la dignidad humana, supone tolerancia en nuestros derechos humanos, ser un pueblo libre”, continuó el cardenal Rosa Chávez. “No hay quien nos va a defender a nivel oficial. Todo va a ser posible a nivel de arbitrariedades”.
Así fue el inicio de la era Bukele
Bukele fue elegido en 2019 en medio de un profundo descontento con los dos principales partidos políticos, que se habían intercambiado el poder, pero no habían logrado sacar a la gente de la pobreza y presidían una inseguridad desenfrenada.
La popularidad del presidente alcanzó el 90%, según CID Gallup, tras su ofensiva contra las pandillas depredadoras, declarando el estado de emergencia en 2022, durante el cual la policía arrestó a casi el 2% de la población masculina.
Bukele construyó una megaprisión para albergarlos, pero abogados de derechos humanos denunciaron la falta de debido proceso y que muchas personas inocentes fueron encarceladas. Sin embargo, los niveles de delincuencia se desplomaron, y Bukele a menudo se jactaba de que El Salvador tenía una de las tasas de homicidios más bajas del hemisferio y que el turismo estaba en auge.
Bukele también ha comenzado a atacar a sus críticos. Ruth López, abogada del grupo de derechos humanos Cristosal y feroz crítica del gobierno, fue arrestada en mayo y acusada de malversación de fondos. Cristosal, posteriormente, suspendió sus operaciones.
La Asamblea también aprobó una ley de agentes extranjeros, que exige que las organizaciones que reciben financiación extranjera cuenten con la aprobación del gobierno para sus fuentes de financiación. El gobierno también puede aplicar un impuesto del 30% a las donaciones de estos grupos.
“El miedo ya no solo es la gente de sociedad civil, la gente de las ONG, sino la gente (la ciudadanía en general)”, declaró Juan Meléndez, director nacional del Instituto Neerlandés para la Democracia Multipartidista (NIMD), a OSV News. “Empresarios tienen miedo, estudiantes tienen miedo de meter sus opiniones o incluso hacer investigaciones académicas. Les da miedo porque pueden ser en contra del gobierno” y una simple pregunta podría costarles la vida, añadió.
Cardenal salvadoreño, una de las voces contra el oficialismo
La Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, dirigida por jesuitas, ha sido una de las pocas instituciones que se ha pronunciado en contra del presidente.
“Hoy, el oficialismo ha llegado al punto de no retorno tanto por el deseo como por la necesidad de aferrarse al poder”, declaró la universidad en un editorial del 4 de agosto.
“El pueblo salvadoreño merece instituciones confiables, procesos transparentes y oportunidades reales para decidir. Con las nuevas reformas constitucionales, El Salvador regresa a su pasado. A un pasado de concentración absoluta del poder en clanes familiares y de profunda corrupción de la institucionalidad pública”, dijo la universidad.
Bukele ha forjado una estrecha relación con el presidente estadounidense Donald Trump. El presidente salvadoreño accedió a encarcelar a unos 252 migrantes venezolanos enviados desde Estados Unidos en la megaprisión, oficialmente conocida como Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT). Los venezolanos fueron repatriados a su país de origen en julio tras 125 días en condiciones terribles y desastrosas.
El descontento de la población comenzaba a sentirse
“Pedimos a nuestros gobernantes que no promocionen este país como si fuera una gran cárcel internacional”, declaró la Conferencia Episcopal de El Salvador en una carta pastoral del 29 de mayo. “Traer a grandes criminales puede convertirse en un peligro para nuestra población, tanto como granjearle a esta nación una mala fama internacional”.
Y añadieron: “No nos gustaría que nuestros compatriotas fueran encarcelados en otras naciones”.
Una fuente católica en El Salvador afirmó que el descontento comenzaba a sentirse por la deportación de salvadoreños desde Estados Unidos, a pesar de la estrecha relación de Bukele con Trump.
“A la gente no le gustó que, cuando (Bukele) fue a ver a Trump, no consiguiera nada para los salvadoreños”, pero aceptó encarcelar a venezolanos, afirmó la fuente, que pidió el anonimato para hablar con libertad.
Bukele sigue siendo popular, según los analistas, pero una encuesta de junio de la Universidad Centroamericana reveló que casi el 60% de los encuestados temía criticarlo, afirmando que era probable que sufrieran “consecuencias negativas”.
“La gente ya no siente que puede opinar”, afirmó la fuente católica.
Imagen destacada: El presidente salvadoreño Nayib Bukele participa en una reunión en la Casa Presidencial de San Salvador el 3 de mayo de 2021. (OSV News/Secretaría de Prensa de la Presidencia, cedida a Reuters)