Misiones en Latinoamérica: Enriquecerse con los Dones de Otros

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Por: Padre Alejandro Marina
Fecha de Publicación: Dic 1, 2025

Al reflexionar sobre la misión y el camino de la sinodalidad propuesto por el Papa Francisco, siento que la presencia y el trabajo en conjunto de dos compañeros han enriquecido nuestra presencia misionera en el centro de los Padres y Hermanos Maryknoll en la ciudad de Cochabamba, Bolivia.

Conocemos la belleza y la fatiga del camino”, dijo el Papa Francisco. “Lo recorremos juntos, como pueblo que, también en este tiempo, es signo e instrumento de íntima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano”.

Hace un año dimos la bienvenida al centro Maryknoll a John O’Donoghue, un exmisionero laico Maryknoll que sigue sirviendo en misión, y a Víctor Artaiz, un misionero laico franciscano que está en proceso de unirse a los Misioneros Laicos Maryknoll. Ellos son parte de nuestra comunidad.

O’Donoghue comenzó su misión a los 29 años, cuando sirvió en Lesoto, África, con el Cuerpo de Paz. A los 40 años, conoció a Santa Madre Teresa de Calcuta, cuando sirvió por un año con las Misioneras de la Caridad en Calcuta, India. O’Donoghue, oriundo de Irlanda, dice que esta gran experiencia fortaleció su deseo de ser voluntario y le inculcó la forma de servir al mundo.

A los 53 años, O’Donoghue se unió a los Misioneros Laicos Maryknoll, donde sirvió por 17 años. En Timor Oriental el misionero apoyó un programa que fabricaba zapatos especializados, triciclos manuales y sillas de ruedas para personas con discapacidades. En Kenia trabajó en proyectos de generación de ingresos y microfinanciamiento para ayudar a aliviar la pobreza. En Bolivia sirvió con las Misioneras de la Caridad por siete años.

Ya jubilado, sigue sirviendo como voluntario. Dos veces a la semana, él cuida a enfermos  abandonados por sus familiares en el refugio de las Misioneras de la Caridad en la zona sur de Cochabamba. “Tenemos momentos de desafío”, dijo O’Donoghue. “Pero cuando llego aquí en la mañana siento una tremenda sensación de alegría, paz y felicidad”.

Para Víctor Artaiz, de Connecticut, su llamado misionero nació después de trabajar en ventas por 30 años. Después de discernir, se unió a los franciscanos en 2021. Asignado a Cochabamba, sirvió en un ministerio carcelario en la prisión El Abra y ofreció servicio de duchas para personas de la calle. También ayudó en el hogar de niños Cristo Rey.

Artaiz aprendió del carisma de Maryknoll cuando estudió español en el programa de idiomas que se imparte en el centro Maryknoll. El Padre Juan Zúñiga, actualmente secretario general de la Sociedad Maryknoll, lo invitó a apoyar en la pastoral carcelaria. Luego, empezó a trabajar con el Padre Maryknoll Gregory McPhee en la comunidad de Los Molinos. Actualmente sirve con la misionera laica Louise Locke  en un programa de apoyo escolar.

Su espíritu franciscano lo ha encaminado a comprometerse con el cuidado de la Madre Tierra. En el centro, colabora en el proceso de compost y con la feria de productores agroecológicos y de medicina integral que se realiza los jueves.

“Esta comunidad me ha brindado relaciones fructíferas que han ampliado mi conocimiento de la cultura y fortalecido mi fe con la Misa diaria y las conversaciones espirituales”, expresó Artaiz.

Él está en proceso de iniciar su formación con los Misioneros Laicos Maryknoll en El Paso, Texas.

Desde 2021 resurgieron instituciones que realizan misión y formación en el centro. Instituciones comprometidas en el área ecológica, trabajo con personas con discapacidades, formación misionera, tecnología, apoyo al crecimiento personal y el programa de idiomas han encontrado un espacio aquí.

Además, se sumaron los Cristóforos y la Federación de Adultos Mayores que se reúnen para talleres y retiros espirituales.

El trabajo con estas instituciones nos ha enseñado la sabiduría de la cultura y la cooperación del pueblo boliviano, además del cuidado de la tierra y lo que nos ofrece.

De la misma forma, el acompañamiento de compañeros en la misión, O’Donoghue y Artaiz, enriquece nuestra comunidad. Como señaló el Papa Francisco, hay que construir comunidades vivas y diversas, que posibiliten un trabajo en conjunto entre personas con diferentes carismas y opciones de vida.

Imagen destacada: De derecha a izquierda: John O’Donoghue, Víctor Artaiz y un grupo de misioneros y exmisioneros laicos Maryknoll sirven en misión en diferentes ministerios en Cochabamba, Bolivia. (Alejandro Marina/Bolivia)

Sobre la autora/or

Padre Alejandro Marina

Nacido en Buenos Aires, Argentina, el Padre Maryknoll Alejandro Marina fue ordenado sacerdote en 1993 en la Diócesis de San Isidro. Fue director de misiones en su diócesis y, como parte de dicho trabajo, fue enviado como misionero a Holguín, Cuba, por cuatro años. Es Licenciado en Teología Dogmática y se ha especializado en el área de la Misionología. Actualmente es el director del centro y residencia Maryknoll en Cochabamba, Bolivia, y coordinador del Programa de entrenamiento en el extranjero (OTP) para candidatos a hermanos y padres Maryknoll.

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