Cientos de miles de peregrinos rezaron el Padre Nuestro en el Campo San Juan Pablo II (Metro Partk), durante la Misa de Envío al finalizar la Jornada Mundial de la Juventud. (Maria-Pia Negro Chin/Panamá)
Jóvenes peregrinos en Panamá están decididos a decir ‘sí’ a la voluntad de Dios
Cuando el sol comenzó a iluminar un campo en las afueras de Ciudad de Panamá, miles de jóvenes peregrinos de 155 países despertaron para alabar a Dios. Después de vivir días, del 22 al 27 de enero, escuchando recordatorios del amor de Cristo, ese domingo, el sucesor de Pedro tuvo otro mensaje para ellos.
“Ustedes, queridos jóvenes, no son el futuro, sino el ahora de Dios”, dijo el Papa Francisco, frente a la multitud que llegó a unos 700.000 participantes en la Misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud.
Los jóvenes fueron llamados a reflexionar sobre la afirmación de María en Lucas 1,38: “Hágase en mí según tu palabra”. Esto impresionó a Iliana Shanta, una peregrina que vino a Panamá con miembros de su parroquia, Cristo Salvador, en El Salvador. “La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) me llama a ser humilde y ver las necesidades de los demás para ser parte de la misericordia de Dios”, dijo.
“Dios me ha estado ayudando a entender lo que quiere de mí”, agregó Néstor Recinos, de la misma parroquia, donde trabajan los Padres Maryknoll, John Spain y John Northrop. “Él quiere que motive a otros a acercarse a Dios y a apoyarse unos a otros en la alegría del Espíritu”.
El Papá Francisco levanta al Santísimo durante la Vigilia de la JMJ 2019 en Panamá. (CNS/Panamá)
El Papa Francisco observa a peregrinos cargando la cruz durante el Via Crucis de la Jornada Mundial de la Juventud 2019, que tuvo lugar del 22 al 27 de enero en Panamá. (CNS/Panamá)
Peregrinas de Centro América sonríen en medio de miles de jóvenes católicos antes de la Misa de Apertura de la JMJ Panamá. (Maria-Pia Negro Chin/Panamá)
“La palabra que está resonando conmigo es ‘esperanza’”, dijo Marie N. Ramírez, una joven puertorriqueña quien ayudó a organizar el viaje con jóvenes de la Arquidiócesis de Chicago. “Experimentamos que la Iglesia es una”.
Algunos de los eventos principales incluyeron el Viacrucis para jóvenes, una vigilia nocturna y la Misa dominical, pero los jóvenes también participaron en catequesis, conciertos, partidos de fútbol, además de oportunidades para confesarse, orar y conocer a católicos de diferentes culturas.
“(El papa) nos invita a amar como Jesús nos amó y a ser uno, incluso con nuestras diferencias”, dijo José Armando Toledo, peregrino de Guatemala que asistió por primera vez a la Jornada Mundial de la Juventud.
Jesús Ledesma y Mayra Torresias dijeron que estaban felices de compartir la emoción de sus hermanos en Cristo. Ambos formaron parte de la delegación de la Arquidiócesis de Portland, Oregón. “Fue impresionante ver cómo aman a Dios. Esto me hace querer seguir su Palabra aún más”, dijo Torresias en Fiat, un evento para peregrinos de habla inglesa en Panamá.
Anna Johnson, coordinadora de alcance para jóvenes adultos de Maryknoll, viajó con la delegación de Portland y se sintió energizada por la alegría, unidad y fe de los jóvenes. También se sintió conmovida por las Estaciones de la Cruz, que se centraron en los problemas que enfrentan los jóvenes hoy en día, como la violencia contra las mujeres, la pobreza y la difícil situación de los refugiados. “El recorrer las estaciones—cada una conectada con un lugar en las Américas—fue una experiencia santificante y llena del Espíritu Santo”, dijo ella.
Una voluntaria y una peregrina se abrazan en el Parque del Perdón, donde miles se confesaron al inicio de la Jornada. (CNS/Panamá)
La fe de los jóvenes animó a otros a perseverar a pesar de los desafíos que enfrentan en sus países. “El papa nos invitó a ser discípulos y salir en misión, no sólo para decir que somos católicos, sino para salir adelante”, dijo Marcela Salguero, de El Salvador.
La generosidad y la amistad abundaron en la JMJ en Panamá, donde las temperaturas y las multitudes les recordaron a los jóvenes que esto era un peregrinaje. “Caminar bajo el sol, con temperaturas cerca a los 100 grados, fue un desafío como católicos, como humanos, como misioneros”, dijo el líder juvenil de Chicago, Alberto Rodríguez. “Esto fortaleció nuestra fe, nuestro carácter, nuestra fortaleza mental. Al final, todos nos fuimos con un corazón lleno de bendiciones”. (Para ver un video donde el joven reflexiona sobre la JMJ Panamá, vaya a YouTube.)
Andrea Giuricih, de la Arquidiócesis de Johannesburgo, Sudáfrica, describió la JMJ como “una de las mejores experiencias de mi vida”. El grupo de Giuricih había estado bailando con uno de los muchos grupos de alabanza de jóvenes panameños.
Esta jornada también re-energizó a jóvenes adultos comprometidos con la fe, como Andrea y Ernesto López, quienes llegaron a Panamá con un grupo de matrimonios de El Salvador. “Esta JMJ nos ha brindado una renovación de fe y también renovamos los votos que hicimos el día de nuestro matrimonio”, dijo Ernesto. Ellos también están considerando una vida como una familia misionera.
El espíritu de solidaridad y fraternidad fue aparente durante la semana. “Fue una hermosa experiencia estar en comunidad con los peregrinos y abrirles las puertas de nuestras casas. Porque, como le dije a mis vecinos, cuando recibes a un peregrino, le estás abriendo tus puertas a Jesús”, dijo Juana Delgado, residente de Las Mañanitas, una de las áreas donde las Hermanas Maryknoll han servido durante décadas. (Lea sobre cómo una Hermana Maryknoll conoció al Papa durante la JMJ Panamá, aquí) Delgado conectó a peregrinos con familias anfitrionas y centros de bienvenida durante la JMJ. Ella dijo que su familia, incluyendo a su hijo que era uno de los 20.000 voluntarios durante el evento, fue transformada por la presencia de los jóvenes peregrinos.
Esta fue la primera vez que esta reunión masiva de jóvenes católicos se llevó a cabo en Centroamérica, lo que permitió una mayor participación de peregrinos de la región. “Saber que lograron la meta de haber venido a la JMJ es hermoso,” dijo Sofía Cruz, parroquiana de Cristo Salvador, quien también formó parte del equipo encargado de traer a 500 peregrinos de la Arquidiócesis de San Salvador. Ella explicó que muchos jóvenes ahorraron, vendiendo comida y pidiendo donaciones, para pagar las cuotas mensuales para el viaje. “Fue una bendición representar a nuestro país, y traer (el ejemplo de) Monseñor Romero con nosotros”.
La peregrinación inspiró a los jóvenes a ir a las periferias, dijo Jorge Rivera, un educador misionero Maryknoll que acompañó a 14 peregrinos de la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Chicago. Vio a uno de ellos comprarle comida a una mujer indigente. “Le trajo la comida a la persona y se quedó con ella para charlar”, dijo. “Esto es ser Iglesia”, agregó otro joven.
A Carolina Pérez, una joven de Chicago, le impresionó escuchar las experiencias de los indígenas y afrodescendientes en la Misa con el arzobispo José Domingo Ulloa de Panamá. “(Es) destacar a las personas que normalmente están en las periferias y eso me dio la esperanza de una Iglesia más justa”, dijo. “Realmente nos llama a ser una ‘Iglesia en salida’”.
Andrea y Ernesto Lopez, líderes de su parroquia en El Salvador quienes viajaron con otros matrimonios católicos a la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá, oran durante una de las catequesis de la mañana. (Maria-Pia Negro Chin/Panamá)
Más de 600.000 peregrinos participaron en la Vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud en Metro Park, Panamá. (Maria-Pia Negro Chin/Panamá)
Durante las catequesis, los obispos hicieron hincapié en el llamado vocacional. “No eres un error… Desde el principió Dios te había pensado”, dijo el Arzobispo Alexander Sample de Portland. “Dios desde la eternidad ha tenido un plan para tu vida”. Él les aconsejó a los jóvenes que pidieran la intercesión de María para descubrir la voluntad de Dios y tener la fortaleza para decir sí.
Después de horas caminando hacia el Campo San Juan Pablo II el 26 de enero, los peregrinos escucharon testimonios de jóvenes que los animó a estar abiertos a la gracia de Dios en sus vidas.
La vigilia con el papa concluyó con 600.000 participantes orando de rodillas frente al Santísimo Sacramento en el campo Metro Park, rebautizado como Campo San Juan Pablo II para la Jornada Mundial de la Juventud.
A la mañana siguiente, el Papa Francisco les dijo a los asistentes de la Misa que servir a Dios y a su misión es una búsqueda de toda la vida y les pidió que “sigan diciendo ‘sí’ al sueño que Dios ha sembrado en ti”.
Varios jóvenes están haciendo esto en casa, afirmando sus vocaciones, compartiendo sus testimonios o iniciando nuevos proyectos para animar a otros a encontrar su propósito. “Nuestra misión es evangelizar a otros jóvenes, reconocer a Jesús en los que te rodean”, dijo Sofía Cruz. “(En la JMJ), descubrí que quiero dedicar mi vida a servir a Jesús”.