Señas Para una Nueva Vida en Camboya

Tiempo de lectura: 7 minutos
Por: Meinrad Scherer-Emunds
Fecha de Publicación: Jun 1, 2023

Cómo el Programa de Desarrollo de Sordos Maryknoll ayuda a las personas sordas de Camboya a valerse por sí mismas

Sambath se escondió tímidamente detrás de sus padres, sin mirar a nadie a los ojos. Encorvado en su silla, trató de hacerse lo más pequeño posible mientras sus padres se reunían con el personal del Programa para el Desarrollo de Sordos (DDP por sus siglas en inglés) en Phnom Penh, Camboya.

El joven, que entonces tenía 17 años, tenía muy poca educación. Había asistido brevemente a una escuela pública donde, como el único estudiante sordo, fue acosado por sus compañeros de clase. Llegaba a casa llorando y muy pronto dejó de ir a la escuela. 

Pero sus padres querían más para Sambath. Preguntaron sobre el programa en la oficina de DDP. Allí, Sambath vio a un miembro del personal moviendo sus manos para comunicarse en el lenguaje de señas camboyano.

“Cuando nos vio haciendo lenguaje de señas, nos prestó toda su atención sentado erguido en su silla, levantando los ojos y dándonos contacto visual directo”, dice Julie Lawler, misionera laica Maryknoll, una maestra de educación para sordos de Austin, Texas, que ha trabajado en DDP durante los últimos tres años y medio.

En DDP, Sambath no sería el único estudiante sordo y no sería molestado. Sus padres se sintieron esperanzados, y Sambath comenzó la escuela en DDP al día siguiente.

“La mayoría de nuestros estudiantes nunca han ido a la escuela en su vida”, dice el Padre Charlie Dittmeier, codirector de DDP. “No tienen un lenguaje de señas, ni lenguaje hablado, ni lenguaje escrito. Realmente, ni siquiera han hablado con otro ser humano”. Él explica que lo que más han aprendido son “algunas ‘señales para la casa’ muy básicas, como señas para ‘vaca’, ‘agua’, ‘cocina’ o ‘abuela’”.

En DDP, “comenzamos desde cero”, dice el Padre Dittmeier. 

Sambath (segundo de la izquierda) y sus compañeros de clase que se graduaron en el 2022, con el Padre Charlie Dittmeier (centro) muestran con orgullo sus diplomas. (Sopor Lay, DDP/Camboya)

Sambath (segundo de la izquierda) y sus compañeros de clase que se graduaron en el 2022, con el Padre Charlie Dittmeier (centro) muestran con orgullo sus diplomas. (Sopor Lay, DDP/Camboya)

Los estudiantes que terminan el primer término de un programa académico de dos años en el Programa de Desarrollo de Sordos se sientan en filas para tomar una evaluación de fin de año. (Charlie Dittmeier.Camboya)

Los estudiantes que terminan el primer término de un programa académico de dos años en el Programa de Desarrollo de Sordos se sientan en filas para tomar una evaluación de fin de año. (Charlie Dittmeier/Camboya).

El Padre Dittmeier, que trabaja con los Misioneros Laicos Maryknoll, es sacerdote de la Arquidiócesis de Louisville, Kentucky. Comenzó a trabajar con sordos cuando aún era seminarista y continuó ese ministerio durante asignaciones en Louisville y en escuelas y comunidades para sordos en India, Sri Lanka y Hong Kong, antes de ir a Camboya en el 2000 como sacerdote asociado de los Padres y Hermanos Maryknoll. 

Al año siguiente, mientras trabajaba con Maryknoll, la Asociación Finlandesa de Sordos y la Organización de Personas con Discapacidad de Camboya (en ese momento, apoyada por la Misionera Laica Maryknoll Judy Saum weber), ayudó a fundar el Programa de Desarrollo para Sordos en la capital, Phnom Penh.   

En los últimos 22 años, seis misioneros laicos Maryknoll, así como otros del Equipo de Misión Maryknoll en Camboya han participado activamente en lo que se ha convertido en la organización para sordos preeminente de Camboya. El trabajo pionero de DDP ayudó a desarrollar, estandarizar y promover el lenguaje de señas camboyano. 

En DDP, a partir de los 16 años de edad, las personas sordas pueden tomar dos años de educación básica y desarrollo social que incluyen el aprendizaje del lenguaje de señas camboyano, la alfabetización básica en jemer, matemáticas simples, habilidades para la vida y la construcción de relaciones a través de sus eventos del Centro Comunitario para Sordos que se celebran cada fin de semana.

Después de esos dos años, DDP ofrece un curso adicional de un año en capacitación laboral.  Los estudiantes aprenden a trabajar en barbería, salones de belleza, moldeo de anillos, costura y bordado. Cuando se van, los graduados han adquirido destrezas, lenguaje y autoconciencia.  Han adquirido la capacidad de participar en la sociedad y los medios para mantener a sus familias.

“Con acceso y oportunidades, las vidas de las personas sordas pueden transformarse”, dice Lawler, quien es parte del equipo administrativo de DDP. Ella pudo observar el progreso de Sambath desde sus primeros días en el aula.

Durante la primera semana de Sambath en DDP, Lawler explica: “Se podía ver cómo gradualmente se dio cuenta de que ‘todas estas son personas como yo’”.

A medida que aprendió más y más el lenguaje de señas, y se familiarizó con las reglas y la rutina del aula y la casa residencial de DDP, su confianza creció. Sambath pronto se unió a un grupo de amigos sordos y encontró su lugar en DDP. Se convirtió en un líder en el aula y un apoyo para sus compañeros de clase.

La Misionera Laica Maryknoll Julie Lawler, el Padre Charlie Dittmeier y la Misio- nera Laica Maryknoll Kylene Fremling (dcha.) celebran la Semana de los Sordos en DDP en septiembre del 2022. (Sopor Lay, DDP/Camboya)

La Misionera Laica Maryknoll Julie Lawler, el Padre Charlie Dittmeier y la Misionera Laica Maryknoll Kylene Fremling (dcha.) celebran la Semana de los Sordos en DDP en septiembre del 2022. (Sopor Lay, DDP/Camboya)

After World Mission Sunday Mass at St. Ferdinand Church, pastor Father Jason Torba and Cardinal Blase Cupich greet the congregation, including all those who do mission in Chicago. (Julie Jaidinger, Chicago Catholic/U.S.)

En preparación para el Año Nuevo Jemer que se celebra en abril, Sambath, que está aprendiendo peluquería en el Programa de Desarrollo para Sordos, le corta el pelo a la Misionera Laica Maryknoll Julie Lawler. (Sophy Thuch/Camboya)

Aunque no hay estadísticas oficiales sobre el número de personas sordas en Camboya, extrapolando porcentajes de población de otros países, el Padre Dittmeier estima que hay alrededor de 61.000 personas con sordera profunda y 600.000 personas con problemas de audición en Camboya. 

“Aquí en DDP, hemos encontrado 3.000 de los 61.000 totalmente sordos”, dice el sacerdote.  “Los otros 58,000 deben estar en este momento en los campos de arroz, pensando que son la única persona sorda en el mundo”.

“El primer paso es darles un sentimiento de pertenencia”, dice Lawler. Eso, agrega, “llega al ser incluido en una comunidad, construir relaciones y liberarse del estigma social de que las personas sordas son tontas y no pueden aprender”. 

Lawler tiene una maestría en educación para sordos de la Universidad de Gallaudet en Washington, DC, la principal institución de aprendizaje, enseñanza e investigación para educar a las personas sordas y promover la conciencia sobre la sordera. Ella trabajó como maestra en la Escuela para Sordos de Texas en Austin, Texas, durante 11 años. Pero “un deseo de cambio y un empuje de Dios” la llevaron a unirse a los Misioneros Laicos Maryknoll en 2019.  

“Cuando alguien como ella, con su formación académica y experiencia en educación para sordos, viene y trae las mejores prácticas y nuevas técnicas y pedagogía y juegos que a los niños sordos les encanta jugar, eso es muy valioso”, dice el Padre Dittmeier sobre Lawler. “Ella ha sido una verdadera bendición para nosotros en términos de capacitación para docentes, brindando a nuestros maestros nuevas ideas y formas de ver las cosas y comprender los problemas en la comunidad de sordos”.

Además de compartir su experiencia con los maestros de DDP, Lawler brinda capacitación sobre la pérdida auditiva y concientización sobre la sordera a otras organizaciones en Camboya.

“La realidad es que los sordos en Camboya todavía enfrentan muchas luchas”, dice Lawler. “Nuestros graduados todavía enfrentan aislamiento cuando van a casa con sus familias, ya que esas familias no conocen el lenguaje de señas. Todavía se enfrentan a la discriminación cuando comienzan a buscar formas de ganarse la vida. Pueden enfrentar violencia de los vecinos que se aprovechan de los vulnerables”.

Es por eso que parte del trabajo de DDP es educar a la sociedad camboyana en general sobre la pérdida auditiva y la concientización sobre la sordera. 

“Una persona a la vez, ocurrirá el cambio”, dice Lawler.

A Sambath, DDP le abrió el mundo. “Realmente se podía ver su transformación”, dice Lawler.  “Ya no estaba solo, aislado y asustado. Fue maravilloso ver la sonrisa en su rostro y verlo reír con sus amigos”.

Para la ceremonia de graduación 2022, Sambath fue uno de los tres graduados elegidos para compartir sus sentimientos frente a toda la comunidad sobre la culminación del programa de dos años. Hoy Sambath maneja su bicicleta para recibir capacitación laboral y aprende con entusiasmo cómo administrar una peluquería. 

“Me encanta aprender sobre peluquería”, dice Sambath. “Después de un año de capacitación en DDP, en 2023, planeo regresar a casa en la provincia de Kandal y establecer una peluquería en la casa de mi familia”.

Y añade: “Será muy bueno poder ayudar a mantener a mi familia”.  

Imagen destacada:  La Misionera Laica Maryknoll Julie Lawler, maestra de educación para sordos, dirige una acti- vidad de formación de equipos en Koh Kong, Camboya, para participantes de un campamento juvenil dirigido por el Programa para el Desarrollo de Sordos. (Sopor Lay, DDP/Camboya)

Sobre la autora/or

Meinrad Scherer-Emunds

Scherer-Emunds es el director de comunicaciones de los Misioneros Laicos Maryknoll.

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