Quisiera escribir acerca de la pandemia en tiempo pasado. Pero COVID-19 continúa trayendo incertidumbre a nuestras vidas. Y a nuestros trabajos. A nuestros lectores, una vez más, lamentamos que no hayan recibido la edición anterior de Misioneros en sus correos. Por razones económicas, la Sociedad Maryknoll tuvo que reducir los costos de impresión y envío, y la edición solo estuvo en línea y formato PDF. Más aún. A partir de diciembre, nuestra revista sólo se imprimirá cuatro veces por año en lugar de seis.
No obstante, seguiremos trabajando para llevarle a sus hogares el valioso trabajo misionero al servicio de Dios alrededor del mundo. Una frase en uno de nuestros artículos, Abriendo una Ventana Digital (p. 18), resume este momento en medio de la pandemia: Cuando se cierra una puerta, Dios abre una ventana. La usa el Padre Maryknoll Joseph Healey, quien por décadas ha servido en misión en Kenya, para describir como las pequeñas comunidades cristianas le están haciendo frente a las restricciones impuestas debido a la pandemia.
Esta edición muestra otras ventanas que los misioneros abren al servicio de Dios, para darle luz a otras crisis; como el racismo sistémico y la violencia que origina—lea la conmovedora reflexión personal de Greg Darr (p. 8) sobre lo ocurrido tras la muerte de George Floyd—o el esfuerzo de toda una vida de la Hermana Maryknoll Kathleen Reiley por advertir al mundo de los peligros que la energía nuclear trae a la humanidad (p. 34).
Nuevamente, gracias por su apoyo a los misioneros. Estamos rezando por ustedes. Sigamos adelante.
—David R. Aquije, Director