Aquí en El Paso, Texas, sirvo en los refugios a largo plazo para migrantes de Casa Anunciación. Una madre hondureña y sus dos hijas, de 10 y 12 años, se quedaron con nosotros en Casa Romero. Cuando era la hora de comer, y de nuevo después de la comida, la madre reunía a sus hijas en un grupo para orar. Cuando les llegó el día de irse y acudir a su padrino, nos pidieron a los voluntarios que rezáramos con ellas. Ese momento, para mí, fue sagrado. Aquí estaba esta mujer, muy agradecida por ser recibida. Se sentía segura y respetada, y digna porque la tratamos a ella y a su familia como los invitados especiales que eran.
Coralis Salvador, MKLM
Misión en nairobi, Kenya. (Sean Sprague/Kenya)
Recientemente visité a una familia católica en Nairobi, Kenya. El padre aún no había llegado a casa del trabajo. La madre, mientras cocinaba, les dijo a sus niños que entretuvieran al sacerdote que estaba de visita.
La hija de 9 años me dijo que le estaba enseñando a su hermano de 3 años a hacer la “Señal de la Cruz”. Él comenzó tocando su pecho, luego su lado derecho antes que su lado izquierdo. Su hermana tomó su mano pacientemente y trazó los pasos correctos. Después de muchos intentos, el hermano menor lo hizo bien. La hermana mayor dijo emocionada: “Jimmy, lo hiciste”. La madre corrió a la sala. Jimmy hizo la “Señal de la Cruz” solo y mamá le dio un gran abrazo. Todos aplaudimos. Tengo esperanzas para la Iglesia católica en el futuro. Las familias católicas africanas están asumiendo la responsabilidad de su educación religiosa y transmitiendo la fe católica a la siguiente generación.
Joseph Healey, M.M.
Misión en El Salvador (Sean Sprague/El Salvador)
El espíritu de la resurrección es: todos unidos para combatir el sufrimiento del COVID-19 con actos de amor. Donde sirvo como misionero laico en El Salvador, la gente se unió para instalar lavaderos de autos para desinfectar los vehículos que ingresan a las comunidades. Las iglesias, gobiernos locales, organizaciones y vecinos también van de casa en casa dando comida a ancianos y familias necesitadas. Viven un mensaje de esperanza.
Los miembros de nuestro programa para jóvenes ayudan a entregar canastas de alimentos. Esaú, uno de nuestros entrenadores de fútbol, me contó que había visitado a una anciana que no tiene ingresos. Ella le dijo que ya había recibido una donación de alimentos y le pidió que le diera su canasta a otra familia que no había recibido nada.
Esaú me dijo: “La gente más humilde, que casi no tiene nada, comparte lo poco que tiene con tanto amor y corazón abierto”.
Larry Parr, MKLM
Misión en Nairobi, Kenya. (Sean Sprague/Kenya)
En Nairobi, soy parte de un equipo de construcción de la paz. Organizamos “Conversaciones para el Cambio Social” para gente de los diversos grupos étnicos y religiosos de Kenya. Este es un ejemplo de este trabajo.
Un hombre vivía entre vecinos de otra tribu. Cuando estallaron los conflictos en la región, lo golpearon brutalmente y lo dejaron moribundo. Fue llevado a un hospital y luego vivió en un campo de desplazados internos hasta que regresó una relativa calma. Al volver a casa, vio que un vecino se había apoderado de una de sus vacas. Habiendo aprendido a hablar en nuestros grupos, le preguntó humilde y valientemente cómo podían compartir el “fruto” de esta vaca. “Lo que quiero es una buena relación contigo”, le dijo a su vecino. “Ahora que esta vaca tiene un ternero, puedes darme el ternero y te quedas con la madre, o me das la madre y te quedas con el ternero”. El vecino dijo que sería bueno que el hombre se llevara el ternero. Esa fue la simple solución.
Sia Temu, M.M.
Imagen destacada: Una familia migrante que busca asilo en los Estados Unidos espera ser transportada por la Patrulla Fronteriza en La Joya, Texas, el 7 de abril de 2021, después de cruzar el Río Grande hacia los Estados Unidos. (Foto del CNS/Go Nakamura, Reuters)